Pláticas para Papás y Padrinos
Queridos papás y padrinos,
Con todo nuestro cariño hemos preparado esta sección para compartir algunas catequesis especiales elegidas por nosotros y solicitadas por ustedes para que aprendamos juntos a ser mejores Hijos de Dios y dar ejemplo de vida a los niños que nos han sido confiados a todos.

Los papás que tienen el privilegio de dar vida, que viene de Dios, a sus hijos y quienes han asumido la paternidad, deben alimentar esa vida, no sólo en cuerpo, sino en espíritu para facilitar el proceso en el que esos niños se conviertan en verdaderos hijos de Dios y personas de bien.
Debemos mirar a nuestros hijos, como a hijos de Dios y respetarlos como a personas humanas. Y, día con día; reconocernos como los primeros y principales facilitadores de su proceso de crecimiento integral.
Desde el ambiente del hogar, en un clima de amor, los hijos aprenden, junto con sus papás, valores humanos y cristianos que son el fundamento para el camino de su vida.
El deber de educar a los hijos es de tanta trascendencia, que, cuando los papás faltan o desatienden su responsabilidad, difícilmente alguien puede suplirlos.
Educar es informar, motivar, formar en la libertad. Dios nos creó libres y, aunque perdimos la libertad a causa del pecado, por Jesús la recuperamos. Dios respeta la libertad y por eso nos ha dado libre albedrío, sabiendo que la podemos usar de una manera inadecuada.
He aquí el camino a seguir como papás de nuestros hijos: aprendimos a caminar, caminando; aprendemos a usar adecuadamente nuestra libertad cuando contamos con ella, en compañía de nuestros papás y tenemos la suficiente información sobre las alternativas que tenemos en la vida y las consecuencias de nuestras decisiones.
Los papás no somos dueños de la vida de nuestros hijos, nos ha sido confiada por Dios, nuestros hijos no son nuestros sino de El por ello nos convertimos en los facilitadores de su proceso de crecimiento como personas, como hijos de Dios, como hombres y mujeres en plenitud, como seres felices.
Por otra parte, ser padrino es aceptar la misión y asumir el compromiso de guiar, junto con los padres, a su ahijado o ahijada, es compartir una paternidad adoptada, es velar porque los ahijados crezcan siendo buenos cristianos, verdaderos hijos de Dios, personas de fe. No es una misión como cualquiera es una misión de tal importancia que, junto a los padres, se convierten en los primeros catequistas de los niños, ya que el día del bautismo, lo prometieron a Dios.
Después de haber reflexionado sobre la importante misión de ser papás y de ser padrinos, manifestemos esa reflexión en un hecho concreto de vida que comenzaremos a realizar a partir de hoy mismo, preparémonos para ser mejores cristianos y poder dar ejemplo de vida.